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La moda busca dejar atrás la contaminación y avanzar hacia una producción sostenible

La moda es la segunda industria más contaminante del mundo. Sin embargo, hay muchas marcas que ya son sostenibles o han nacido con la intención de serlo. Actualmente muchos consumidores de todo el mundo compran de manera impulsiva, cada vez más y de forma muy barata, pero los costes medioambientales son muy altos.

La fundadora de Momoc Shoes, Gabriela Machado, dice que «al año cada español llega a tirar hasta 14 kilos de ropa». Por eso, considera que la preocupación medioambiental ha hecho mella en el mundo de la moda: «Siempre se ha acostumbrado a comprar una camiseta de tres euros, y todo suena muy bonito, pero tiene un coste medioambiental bestial». Además, amplía: «Lo que la gente no percibe es que tú vas de compras, tienes cosas muy monas y bastante baratas, pero todo el coste que hay detrás siempre se ha escondido un poquito y ahora gracias a todo el tema de la moda sostenible, todos esos costes que no son costes económicos, pero sí que son costes para el medioambiente se están dando a conocer».

En contraposición, la fundadora de Lifegist, Mayte García considera que debe de haber una demanda concienciada: «A la vista está que las grandes firmas han sacado las correspondientes cápsulas porque obviamente son conscientes del impacto que tienen. Otra cosa es que esa oferta sí que existe, pero para esa oferta tiene que haber una demanda concienciada, estamos en ello».

¿A quién no le ha pasado abrir el armario y descubrir ropa que pensaba que no tenía o no recordaba haberla comprado? El consumo descontrolado y las modas han provocado un caos generalizado a la hora de comprar, por eso la fundadora de Lifegist pone el ejemplo de que «de repente tu armario se llena de ropa que no consumes y que de un año para otro mantienes las etiquetas… Por eso hay que tener esos valores, de dar importancia a lo que realmente la tiene y de cuidar ese consumo y cuando compras algo bueno, cuidarlo».

Si hablamos sobre la existencia de una conciencia al hablar de consumo y sostenibilidad en el mundo de la moda nos encontramos con distintas perspectivas, ya que la fundadora de Momoc confiesa que cuando inició con la marca a muchas de sus clientas no les importaba que fuera sostenible: «Me decían bah, eso me da igual y yo vale, otras me decían ¡ay, que bien!, pero yo te los compro porque son muy bonitos. La moda sostenible cada vez es más importante porque los diseños están haciendo competencia a otro tipo de moda, de la moda rápida».

Machado continúa explicando que «se puede hacer la competencia perfectamente y no tiene nada que envidiar a la moda rápida. Entonces sí que está habiendo un cambio porque ahora mucha gente me escribe diciendo oye, me alegro muchísimo que estés utilizando materiales reciclados, que estén hechos en España». Este calzado se fabrica en la zona de Elda y la mayoría de sus materiales son de origen español. Sin embargo, cuando los materiales no son nacionales, el valor añadido se encuentra en qué se fabrica todo en territorio nacional.

La posición de Lifegist ante este tema es que «más que la moda tiene que hacer cambios, es la forma de consumo, o sea la forma de consumir moda que tenemos» porque García destaca que existe esa «forma de consumir desproporcionada y se debe de apostar por unos tejidos más benévolos con este medio ambiente, así yo creo que podemos ir por el buen camino».

Ser sostenible en moda tiene muchas interpretaciones dependiendo a quién se lo preguntes, por eso Gabriela Machado cuenta que «cada uno ha adoptado lo suyo propio, por ejemplo, para Momoc ¿Qué es moda sostenible? Para nosotros es muy importante la reducción al mínimo del uso del agua para crear nuestros zapatos y el tema de las emisiones de CO2 las reducimos al mínimo». Mayte García explica que para su marca el hecho de ser sostenibles implica tres factores: «El trabajar con tejidos orgánicos, con fibras naturales, evitar todo lo posible los químicos, saber que las personas que están confeccionando los tejidos y las prendas lo están haciendo en unas condiciones dignas y el hecho de pensar que no quiero un recorrido corto sino una perspectiva de futuro».

Momoc shoes es una marca no solo sostenible sino vegana, si te calzas estos zapatos es importante saber que «la suela está hecho de neumático reciclado, el taconcito de madera reciclada», precisa Machado. Por su parte, Lifegist apuesta por «tejidos orgánicos sobretodo, pueden ser algodones que es la mayor parte de ellos, luego también alguna lana y fibras naturales, también cáñamo que es una buena fibra a nivel ecológico». Además, García explica que «Lifegist es sostenible desde el momento que utiliza tejidos orgánicos certificados» porque se cumple con unos requerimientos claves como el de cumplir con energías renovables, consumo de agua mínimo, etc.

La resistencia y la sostenibilidad

En el caso del calzado desde Momoc explican que mucha gente está acostumbrada a la piel y siempre se ha asimilado a que los zapatos de piel son los zapatos buenos por excelencia. Sin embargo, Gabriela Machado cuenta que «la tecnología ha ido avanzando, tenemos zapatos con piel de piña, estamos haciendo pruebas con piel de cactus y con piel de plátano». Además, quiere destacar que «estos materiales obviamente son probados antes, se someten a pruebas de resistencia bastante fuertes para saber si son duraderos». Ella misma comprueba la calidad de sus propios zapatos y asegura que «tengo zapatos de hace tres años que están prácticamente nuevos, entonces sí, que es verdad que poco a poco esto va cambiando y se hace la competencia perfectamente al zapato de piel».

Si hablamos sobre prendas sostenibles, aquí Lifegist hace especial hincapié en que «las prendas sostenibles, las prendas orgánicas necesitan de cuidados a los que ya no estamos acostumbrados. Ahora no dedicamos tiempo ni a cuidar, ni a lavar bien, ni nada», precisa García.

Fuente: Okdiario