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Inclusión, la palabra que debe marcar la recuperación de América Latina

Transcurrido un año de pandemia, gobernadores y líderes económicos discuten en la Asamblea Anual del Banco Interamericano de Desarrollo cómo sacar de la crisis a la región más golpeada por el coronavirus. Inclusión, tecnología y sostenibilidad son los términos que más se escuchan en las sesiones.

Por primera vez en seis décadas, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) no realizó en 2020 su Asamblea Anual de Gobernadores. Mientras la ciudad de Barranquilla, en Colombia, se preparaba para recibir a los líderes de los países miembros, la pandemia se asomaba a América Latina y el Caribe. Un año después, las delegaciones se reúnen desde este miércoles, de manera virtual, para debatir cómo salir de la encrucijada que deja el nuevo coronavirus en la región.

“Esta reunión representa un punto de inflexión, ya que nos ofrece una oportunidad crítica para reflexionar sobre la peor crisis socioeconómica de nuestros 26 países miembros prestatarios en los últimos 100 años”, precisó el presidente del BID, Mauricio J. Claver-Carone, en una conferencia de prensa desde Barranquilla. “También es una oportunidad para tomar la decisión de enfrentar juntos estos desafíos sin precedentes y avanzar hacia la recuperación inclusiva y sostenible”.

Pero, ¿cómo lograrlo en la región más desigual del mundo? Esa fue una de las preguntas que los expertos intentaron resolver en una de las ocho sesiones de esta reunión anual que se prolongará hasta este domingo. “La covid-19 nos pone en una década perdida. Sin embargo, evitar esta pérdida es posible”, aseguró James Scriven, quien dirige BID Invest, el brazo del grupo BID para el sector privado. “La inclusión es la base para que la región genere verdaderas oportunidades de crecimiento y cohesión social”, añadió en este conversatorio donde se abordaron los desafíos que ha supuesto la crisis para los servicios sociales.

Iván Duque, presidente de Colombia, junto con el máximo responsable del BID, Mauricio Claver-Carone, en la inauguración de la reunión anual del Banco en Barranquilla.
Iván Duque, presidente de Colombia, junto con el máximo responsable del BID, Mauricio Claver-Carone, en la inauguración de la reunión anual del Banco en Barranquilla.

En efecto, el impacto de la covid-19 en estos servicios para América Latina y el Caribe ha sido desproporcionado con respecto a otras zonas. Por ejemplo, según datos de Unicef, los países latinoamericanos han tenido el cierre de escuelas más largo del mundo, con una media de 158 días frente al promedio global de 95 días.

Para Lucia Dellagnelo, presidenta del Centro de Inovação para a Educação Brasileira, la región “no puede permitirse el lujo de perder esta oportunidad de rediseñar los sistemas educativos para hacerlos más inclusivos y relevantes”. Según la experta, durante la pandemia la educación ha utilizado la tecnología de una forma desigual e inadecuada. “Los estudiantes de familias de bajos ingresos no tienen acceso a internet en sus colegios ni en su hogar. Es un problema de política pública”, agrega. “Habría que hacer que las escuelas públicas sean el sitio en la comunidad en donde todo el mundo pueda tener acceso a la tecnología”.

Otro de los impactos desiguales de la crisis es la caída laboral, siendo las mujeres latinoamericanas quienes más empleos han perdido y también quienes los están recuperando a un ritmo más lento. “Cuando uno ve nuestras organizaciones, tanto públicas como privadas”, dijo Cecilia Gordano, gerente general de la consultora Mercer para Argentina, Uruguay y Paraguay, “encuentra inequidades y desigualdades no solo por género, sino también por nivel socioeconómico, por generación, religión y etnia”. “Estamos perdiendo valor al no tener representada tal cual es la demografía de nuestros países, no solo por un tema social, sino por un tema de negocios”, precisó.

Desde el inicio de la pandemia, el BID ha destinado más de 1.000 millones de dólares para reformular los servicios sociales en la región. Este financiamiento responde a la necesidad de “revaluar el contrato social” que, según Juliana Londono-Velez, profesora de la University of California in Los Angeles (UCLA), la pandemia ha traído. Para la especialista, el reto ahora es estabilizar las finanzas públicas. “Es necesario tener una reforma tributaria que aumente el recaudo de una forma progresiva y promueva la equidad. Me gustaría que lleguemos a una sociedad donde prime la justicia tributaria, donde las grandes corporaciones y los individuos más adinerados paguen impuestos más justos para tener un Estado que es más solidario con los vulnerables”.

Tal vez una de las consecuencias más dolorosas de las desigualdades latinoamericanas sea el elevado número de muertes por la covid-19. Según la Cepal, con solo el 8,4% de la población mundial, América Latina y el Caribe ha registrado cerca del 27% de los fallecimientos a nivel global. Walter Suárez, director ejecutivo de Kaiser Permanente, dijo que “existe mucha desigualdad, medida en diferentes dimensiones como el acceso a los servicios de salud, la disparidad en la calidad de estos servicios en la distribución de morbilidad y mortalidad en diferentes grupos poblacionales”. “Tenemos que dar prioridad a los diferentes determinantes sociales de salud, como la falta de vivienda, alimentos, transporte, educación, seguridad ambiental y conexiones sociales”, advirtió.

El futuro es creativo

La economía naranja es una de las más golpeadas por la crisis en la región. Según una encuesta del BID, el 52% de las empresas creativas bajaron sus ventas en más del 80%, siendo más afectadas las actividades culturales y de entretenimiento. A pesar de estas pérdidas, han incrementado rápidamente su oferta digital, con gran potencial para aportar a la reactivación económica.

“Queremos que América Latina y el Caribe siga siendo ese gran centro mundial de la creatividad y de la innovación a partir de la cultura”, precisó Iván Duque, presidente de Colombia, país anfitrión del encuentro en una de las sesiones inaugurales. “La economía naranja ya no es una expectativa, ni una posibilidad, es una realidad con un aporte fundamental al PIB de la región en la generación de empleo y además en la capacidad exportable”.

Por su parte, el presidente del BID, Claver-Carone, destacó el alto crecimiento de estas industrias latinoamericanas, liderado por los videojuegos, sector que está subiendo con tasas más altas que en Asia. “Queremos que la región, con su capital humano incomparable, sea líder global en la creación de productos y servicios creativos. Estamos comprometidos en ser parte de esa historia porque creemos en el futuro de América Latina y el Caribe y creemos que es el más creativo”.