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Turismo cultural, una oportunidad de desarrollo sostenible para las comunidades locales

La cultura en sus diversas manifestaciones es garantía de desarrollo sostenible, como se recalca en diversos instrumentos normativos internacionales.

El turismo cultural es un tipo de actividad turística en el que la motivación esencial del visitante es descubrir, experimentar, comprender y disfrutar el conjunto de rasgos y elementos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o grupo social de un destino específico. Para lograrlo, se debe reconocer y proteger el patrimonio cultural y natural de las comunidades, en todas sus formas: las artes y la arquitectura, el patrimonio histórico y cultural, el patrimonio gastronómico, la literatura, la música, las industrias creativas, las culturas vivas con sus formas de vida, sistemas de valores, creencias y tradiciones.

La cultura en sus diversas manifestaciones es garantía de desarrollo sostenible, como se recalca en diversos instrumentos normativos internacionales, como la Convención de la UNESCO para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (2003), pero requiere de una gestión adecuada de los sitios con valor histórico cultural y la participación activa de las comunidades locales en toda la cadena de valor, para fomentar un sentimiento de pertenencia comunitario como factor clave para la divulgación del patrimonio. El turismo genera recursos para la conservación de los bienes culturales y la continuidad de las expresiones culturales, beneficia a las comunidades receptoras y las motiva a promover sus activos y servicios.

En este sentido, la UNESCO busca fomentar el desarrollo de estrategias participativas, con las partes interesadas, para que la planificación, el desarrollo y la gestión del turismo siga centrándose en empoderar a las comunidades locales, lo cual implica conocer el proceso lógico y holístico de la gestión del turismo y del visitante, las metas y los objetivos en el contexto de las limitaciones que plantean las normas jurídicas y sociales, y luego negociar con los grupos de interés pertinentes para incorporar sus necesidades en el conjunto.

Por tales motivos, el Programa de Acompañamiento realizará planes de turismo sostenible mediante los que se generarán oportunidades para las comunidades y medidas de mitigación de impactos negativos. Entre las actividades que se llevarán a cabo se encuentra la articulación de los planes municipales con las estrategias estatales y federales; un catálogo de experiencias turísticas comunitarias y sostenibles, que contempla una versión digital que concentre y ofrezca información práctica y herramientas para ayudar a planificar las actividades turísticas a realizar, basándose en los conocimientos locales del patrimonio cultural y natural de cada destino de la ruta del Tren Maya; una estrategia de turismo cultural y natural de la ruta en el marco de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Para cumplir con las metas, se ha vuelto imprescindible recabar la información, la creación y fortalecer sinergias con instituciones y agentes clave de la región. En esta línea, en noviembre de 2021, la Oficina de la UNESCO en México llevó a cabo un seminario-taller sobre turismo cultural en Mérida y Valladolid, cuyo objetivo fue identificar las principales actividades y actores en los cinco estados de la Ruta del Tren Maya (Quintana Roo, Yucatán, Tabasco, Chiapas y Campeche) para potencializar el turismo cultural y las actividades productivas con alto valor cultural.

Como resultado de los talleres, se crearon tres grupos de trabajo integrados por: 1) municipios (tomadores de decisiones y responsables de los planes de desarrollo municipal o de los planes municipales de turismo, articulados con el sector privado); 2) universidades e institutos tecnológicos (profesionales de la academia y estudiantes relacionados a programas de investigación y desarrollo de proyectos turísticos, e incubadoras); y 3) emprendimientos que promueven el turismo cultural y natural (con una mirada especial a proyectos de turismo comunitario). Donde se establecieron metas comunes para fortalecer proyectos existentes, consolidar proyectos emergentes y propiciar nuevos emprendimientos e iniciativas.

Por otra parte, también destacó el fortalecimiento de las sinergias generadas con las políticas, estrategias y planes de turismo cultural y natural del gobierno federal, en especial con la Secretaría de Turismo (SECTUR) y con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) por sus iniciativas en áreas arqueológicas, tanto terrestres como subacuáticas, y los gobiernos de los cinco estados.

Mediante las visitas a los diferentes sitios patrimoniales y culturales de la región, se encontraron proyectos de la Subsecretaría de Turismo de Quintana Roo, que representan una oportunidad para posicionar el turismo cultural, comunitario, rural y sostenible. Los cuales han identificado prácticas culturales que podrían integrarse a la estrategia de turismo cultural, como son: el Festival de Música de Jarana que realizan cada año, la música de calipso y las artesanías que se presentan para el concurso anual que realiza el instituto. Asimismo, existe la «Red de turismo comunitario Caminos Sagrados» que pertenece a la Alianza Peninsular de Turismo Comunitario (APTC).

En Yucatán se encuentra otra de las redes de la APTC «Co´ox Mayab», la cual integra 10 cooperativas de turismo comunitario con un total de 106 socios. La milpa maya, la gastronomía y artesanías son sus principales actividades productivas con alto valor cultural. Es importante destacar el acompañamiento del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) a la APTC, para llevar a cabo el proyecto «Tren Maya 100», el cual tiene por objetivo capacitar y fortalecer de manera horizontal a otras empresas de turismo comunitario. Asimismo, Yucatán puede fortalecer el turismo con el nombramiento de Mérida como «Ciudad Creativa» de la UNESCO en el ámbito de la gastronomía promoviendo, por ejemplo: el sello gastronómico, el festival del maíz, el festival del panucho, el festival Chicharra y el festival de ánimas.

Por su parte, Campeche cuenta con algunas actividades productivas que tienen un alto valor cultural como la apicultura y las artesanías. En la zona de Calkiní existe una fuerte tradición del tejido de la palma jipi con la cual elaboran sobreros, tapetes, tortilleros, entre otras cosas. Aquí mismo se encuentra el Centro de Desarrollo Comunitario del Ayuntamiento donde se da capacitación a artesanas que elaboran principalmente hamacas, tejidos y bordados, en este punto se puede fortalecer la organización, la calidad de los materiales y el acceso directo al consumidor final.

El programa Sembrando Vida, en conjunto con las y los agricultores, está rescatando el cultivo de especies que pueden ser insumo para crear rutas alimentarias que impulsen el turismo gastronómico o agroturismo de la comida prehispánica.

En el caso de Chiapas, el turismo cultural puede fortalecerse a través de las artesanías y sistematizado el conocimiento agrícola ancestral de las comunidades en productos como el café, el chocolate, el hule y la miel.

En cuanto al estado de Tabasco, la SECTUR pretende impulsar la ruta Ríos Mayas y fortalecer otros programas como el de Experiencias Memorables para el fomento de la gastronomía.

Finalmente, la UNESCO, a través del Programa de acompañamiento, continuará con recuperar información en la región de actores clave, planes locales de desarrollo y turismo para presentar una estrategia de turismo cultural y natural sostenible en la ruta del Tren Maya.

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