Lo que el cambio climático podría significar para la migración interna

Advierten que para 2050 podría haber hasta 216 millones de migrantes climáticos internos en todo el mundo.

Cuando se piensa en la migración por motivos climáticos, probablemente se piense en personas que se mudan de un país a otro para huir del aumento del nivel del mar o del avance de los desiertos. Y hasta cierto punto, esto es correcto. Pero en realidad, la gran mayoría de los migrantes climáticos se desplazan dentro de las fronteras de su propio país .

Según las observaciones de nuestro nuevo informe Groundswell, para 2050 podría haber hasta 216 millones de migrantes climáticos internos en todo el mundo . Es posible que ya en 2030 comiencen a surgir puntos críticos de migración climática, a medida que las personas abandonen los lugares que ya no pueden ofrecerles sustento y se trasladen a otras áreas que les brinden oportunidades. Los factores que impulsarán estas migraciones, de acuerdo con el informe, serán la escasez de agua, la disminución de la productividad de los cultivos y el aumento del nivel del mar.

Las personas generalmente deciden partir después de varias temporadas de cosechas fallidas, o de años continuos en los que las marejadas ciclónicas destruyen hogares y escuelas y contaminan el agua potable con sal.

Dependiendo de las medidas colectivas que el mundo adopte hoy, en el próximo medio siglo la trayectoria de la migración interna por motivos climáticos podría reducirse hasta en un 80 %, a 44 millones de personas para 2050.

Aun así, los lugares que se espera que se conviertan en puntos críticos de emigración por causas climáticas probablemente continuarán albergando a un gran número de personas, entre las que figuran aquellas que no tienen más opción que quedarse. Por otro lado, es posible que las áreas a las que se trasladan los migrantes estén poco preparadas para recibirlos y proporcionarles servicios básicos o sacar provecho de sus habilidades.

Esta publicación incluye nuevas proyecciones y análisis sobre tres regiones: Asia oriental y el Pacífico, Norte de África, y Europa oriental y Asia central. Se basa en el primer informe Groundswell, publicado en 2018 (i) en el que se examinaban las regiones de África al sur del Sahara, Asia meridional y América Latina. En conjunto, las previsiones para todas las regiones indican que de aquí a 2050, África al sur del Sahara podría llegar a tener 86 millones de migrantes internos por razones climáticas; Asia oriental y el Pacífico, 49 millones; Asia meridional, 40 millones; Norte de África, 19 millones; América Latina, 17 millones, y Europa oriental y Asia central, 5 millones. Asimismo, las zonas más pobres y vulnerables al cambio climático se verán afectadas de manera desproporcionada.

No obstante, la escala de la migración climática interna y la ubicación de los puntos críticos no son inamovibles. Todavía tenemos la oportunidad de refrenar significativamente estas conmociones. Dependiendo de las medidas colectivas que el mundo adopte hoy, en el próximo medio siglo la trayectoria de la migración interna por motivos climáticos podría reducirse hasta en un 80 % , a 44 millones de personas para 2050.

¿Qué se necesitará para lograrlo?

En primer lugar, se debe actuar prontamente para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a fin de atenuar las presiones climáticas que impulsan la migración interna. Este debe ser un esfuerzo global y debe empezar ya mismo.

Al mismo tiempo, es importante reconocer que necesitamos una serie de estrategias para gestionar o planificar más adecuadamente la migración por motivos climáticos. Las tierras bajas del delta del Mekong se enfrentan al aumento del nivel del mar agravado por el estrés hídrico y las caídas en la productividad de los cultivos. En Marruecos, las estribaciones de la cordillera del Atlas sufrirán un grave estrés hídrico que podría intensificar la migración ya existente de las zonas rurales a los centros urbanos. En los pequeños Estados insulares en desarrollo, la superficie terrestre disponible se está reduciendo, y los fenómenos meteorológicos extremos representan una amenaza para la habitabilidad a largo plazo.

Si se prevén y se gestionan de manera apropiada, los cambios en la distribución demográfica pueden convertirse en parte de una estrategia de adaptación efectiva, que permita a las personas salir de la pobreza y desarrollar medios de vida resilientes. Para esto, la clave radica en la planificación con visión a largo plazo, de modo de lograr una migración climática interna ordenada y bien administrada, por ejemplo, mediante la integración de la migración climática dentro de los patrones de migración general, lo cual puede ayudar a impulsar el desarrollo de la próxima generación de habilidades y empleos en un país, tanto en las áreas desde donde se traslada la población como en las que reciben a los migrantes.

La migración climática interna tal vez sea una realidad inevitable, pero si adoptamos ya mismo las medidas adecuadas, no tiene por qué convertirse en una crisis.

Asimismo, en la planificación deben tenerse en cuenta todas las fases de la migración: antes, durante y después del traslado.

Una buena planificación puede ayudar a garantizar que tanto las zonas de origen como las de destino estarán preparadas para atender las necesidades y las aspiraciones de la población. Se necesitan inversiones para ayudar a las personas en edad de trabajar a encontrar oportunidades en mercados laborales resilientes frente al clima y brindarles una atención médica, educación y servicios públicos de buena calidad. La inversión en capital humano puede mejorar la capacidad de las comunidades para hacer frente a los impactos del cambio climático, en particular mediante el empoderamiento de las mujeres y los jóvenes, que a menudo son los primeros en padecer altas tasas de desempleo.

Para apoyar estos planes, se debe disponer de más investigaciones, en particular, datos más detallados sobre los distintos impactos del cambio climático a nivel regional y nacional. Los informes sobre el clima y el desarrollo de los países que elabora el Banco Mundial pueden ser una herramienta útil para que los responsables de tomar decisiones complementen su comprensión de las proyecciones y los patrones de migración interna por motivos climáticos con un análisis más contextual y puedan identificar las estrategias más apropiadas en cada lugar.

La migración provocada por el clima pone de manifiesto la conexión fundamental entre el cambio climático y el desarrollo, que afecta directamente la vida y los medios de subsistencia de las personas. La migración climática interna tal vez sea una realidad inevitable, pero si adoptamos ya mismo las medidas adecuadas, no tiene por qué convertirse en una crisis.

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